🔴 Historia y curiosidades de la copa menstrual 🔴

Parece un invento del siglo XXI pero fue creada en los años 30 en Estados Unidos por Leona W. Chalmers, quien patentó este revolucionario sistema de recepción de la menstruación. ¿Sabéis de qué os estoy hablando verdad? ¡Exacto! de la creación de la Copa Menstrual.

Bueno la verdad es que esto no es del todo cierto porque la copa menstrual ya existía desde 1867, pero no era tal y como la conocemos ahora. Era algo más rudimentaria, pero la idea era la misma, recoger el flujo de las personas menstruantes. Leona W. Chalmers fue la primera persona que se lanzó en 1937 a patentar este invento que ahora parece tan novedoso y revolucionario, aunque el invento como tal ya existiera. Al principio la copa menstrual o receptor catamenial, es otro de los nombres que recibía, no gustó mucho. Estaba fabricada en caucho y pasó una mala racha durante la Segunda Guerra Mundial por la falta de este material. Esto le llevó a Chalmers y su equipo a reinventar la copa y fabricarla con un material más flexible el caucho vulcanizado. Más tarde le cambiaron el nombre al producto e hicieron una copa desechable que gustó más a la población de la época.  Como curiosidad, justo en esos mismos años el doctor Earle Hass creo una de las empresas más conocidas y exitosas Tampax. Curiosamente (bueno no tanto, podemos sospechar qué hay detrás) Tampax y su invento de tampones higiénicos se hizo mundialmente famoso mientras que la copa fue cayendo un poco en el olvido.  El primero revolucionó la manera en que las personas menstruantes comenzaron a vivir sus ciclos, mientras que la copa quedó como algo que solo conocían unas fieles seguidoras.

Documento de la patente de la copa por Leona W. Chalmers

Pero no os creáis que Chalmers se rindió, se siguieron creando patentes en el 1935, 1937 y 1950, pero en 1963 dejó de fabricarse porque la copa no resultaba rentable.  Desde ese momento hay un vacío temporal donde la copa se queda en el rincón de algún armario hasta que en 1987 se vuelve a reinventar y renombrada The Keeper. El principal problema por el que la copa menstrual no terminaba de gustar era porque el material era demasiado rígido e incómodo para las usuarias. No debemos olvidar que lo de andarse ahí abajo tampoco estaba muy bien visto, por lo que se fue rechazando su uso. Pero en los 80 se le da una nueva oportunidad haciendo un cambio muy importante y necesario: el material. El látex sustituye al caucho y así se empiezan a fabricar copas más flexibles, adaptables y se crean dos tallas. Volvemos a dar un gran salto en la historia hasta los 2000 cuando vuelve a asomar la cabeza y la silicona sustituye al látex. Como resultado hoy en día tenemos copas menstruales prácticamente para todos los gustos, con siliconas seguras, de fácil adaptación, fáciles de limpiar e higiénicas. Además, cada vez hay más tamaños y texturas, por lo que cada persona puede encontrar su copa perfecta.

La copa menstrual ha revolucionado la manera de sentir la menstruación

Curiosidades de la copa menstrual

  • Algunas copas creadas antes de la que hoy conocemos se sujetaban con cuerdas por la parte exterior.
  • Chalmers tras la baja popularidad de sus primeras copas menstruales decidió asociarse con otras empresas más prósperas y así nació Tassette, otro tipo de copa menstrual. Con esta empresa decidió crear una versión desechable que llamaron Tassaway. Todo esto tenía como objetivo hacer frente a la popularidad de las compresas y tampones, que ya sabemos quién estaba detrás.
  • Se instruyó a enfermeras y se lanzó una campaña educativa sobre la menstruación y el uso de la copa menstrual, pero no sirvió de nada porque en 1973 la empresa tuvo que cerrar por el poco éxito.
  • La copa creada en los 80, la Keeper se sigue vendiendo hoy en día y es la sucesora de la Tassaway.

La copa menstrual y el autocoñocimiento

A partir de los 2000 la copa formaba parte de los productos de higiene femenina de los mercados, pero no ha sido hasta hace pocos años que ha llegado hasta nostras como una alternativa viable, fácil y económica. ¿Por qué? porque todavía hay tabúes que derribar entorno a la menstruación y al estudio de nuestros cuerpos por nosotras mismas. La copa menstrual además de ser una recomendable opción ecológica, es una manera de comprender, ver y sentir cómo funcionan nuestros cuerpos. No es una guarrada coger, observar, tocar, oler y estudiar nuestra regla cuando nos retiramos las copas, es aprender a entendernos, es conocimiento sobre nosotras mismas.

Ay si la señora Chalmers nos viera ahora, estaría orgullosa de cómo las mujeres hemos recogido su testigo y hemos aprendido a usar eso que a ella le pareció imprescindible para las personas menstruantes.