Para inaugurar El Probador Indiscreto os traemos esta reseña de KAYA Rabbit Vibe de PicoBong, que nos ha dejado con muy buen sabor de boca y que hemos probado gracias a ·Malicieux.
Como una barca que se aproxima a tu centro del placer vibrando sutilmente pero con una fuerza arrolladora. Su forma y apariencia te hace imaginar estar surcando un lago de aguas azules y cristalinas, mientras en tu interior va creciendo el placer. Las vibraciones variadas, alternándose y jugando con tu excitación y ese gran punto situado sobre tu clítoris te hace zambullirte de lleno en un orgasmo.
Eso es lo que se siente cuando se prueba por primera vez un KAYA Rabbit Vibe de PicoBong. Puede usarse tanto externa como internamente, aunque su morfología invita a introducirlo para poder disfrutar de su tronco y sobre todo de la pequeña protuberancia especialmente pensada para el clítoris. Te lo aseguro, una vez que lo pruebes se convertirá en uno de tus juguetes favoritos.
KAYA es un juguete muy cómodo de usar, destaca por su estética retro con bordes redondeados y con un estilo muy definido y atractivo. Los colores en los que está disponible (azul, rosa y lila) son muy llamativos y se complementa con el embalaje en el que viene, del mismo color que el elegido, y colocado de tal manera que parece estar sobre un pedestal. El material con el que está hecho, silicona de alta calidad, marca la diferencia con otros fabricantes.
No huele absolutamente a nada, tiene un tacto muy singular y ofrece el aspecto de ser un juguete elegante. Extraerlo de la caja es muy fácil, tan solo hay que quitarle el pedestal de cartón en el que viene acoplado. Un consejo que os doy es que quitéis la parte de abajo para quitar el cartón mejor. Si no, tendréis que romperlo para sacarlo.
Esta parte de abajo es donde se colocan las pilas. Se abre y se cierra a rosca, pero fijaros que tiene la misma forma que todo el juguete y por ello debe encajar perfectamente. Sabremos que está bien cerrado cuando haga un ligero click. Junto a él viene un pequeño folleto en el cual explica qué tipo de pilas debemos usar (no incluidas), cómo accionarlo y apagarlo y algunas indicaciones sobre su limpieza y cuidado.
Puede usarse con lubricantes, es muy fácil de limpiar y además es sumergible en el agua hasta un metro. Tiene doce velocidades diferentes, pero además las vibraciones se reparten y varían entre cada uno de sus tres puntos de mayor vibración. Otro de los puntos positivos es su autonomía hasta ¡dos horas!, no está mal y además podemos llevárnoslo a alguna que otra escapada porque es muy silencioso, así que podremos usarlo sin que nos oiga nadie, al menos al juguete.
En cuanto a la experiencia con el KAYA Rabbit Vibe, lo primero que me sorprendió tras sacarlo de la caja es la suavidad de su tacto. En un principio puede parecer un conejito más con doble función para la penetración y para la estimulación del clítoris, pero para nada es uno más. Su forma, totalmente hergonómica se desliza fácilmente y se acomoda muy bien a cualquier posición.
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