Es el Santo Grial de los placeres. Dicen de él que es el orgasmo más potente, profundo y largo que una mujer puede alcanzar. Hay unos momentos del ciclo en el que es más fácil lograrlo, pero lo que es más importante, ¿por qué nadie nos había dicho antes que éste era el verdadero punto de placer?
El orgasmo cervical, de cérvix o también conocido como cervico-uterino, “Es el orgasmo que se obtiene por la estimulación directa del cérvix (cuello del útero) e indirectamente del útero” afirma Sergio Fosela, sexólogo y creador de la Terapia Sexitiva. Fosela lleva años estudiando la energía sexual y el empoderamiento sexual a través de lo vivencial y parte de su trabajo es ayudar a mujeres a ser conscientes de esa energía y poder que sus cuerpos encierran.
No vamos a negar que incluso en esto de los orgasmos hay modas y desde hace un tiempo parece que el orgasmo cervical es el nuevo must en la cama. Hablan de él como una experiencia increíble, indescriptible, que hace que todo el cuerpo se estremezca y tiemble de placer. Conocemos el orgasmo por estimulación clitoriana, el vaginal y ahora nos ponemos como reto conseguir saber lo que se siente con el orgasmo cervical. Sin embargo, y aunque parezca que es muy placentero, Fosela admite que “no es uno de los más placenteros, sino que es la estimulación orgásmica más placentera, ya que ese orgasmo puede convertirse en “infinito” al no tener fase de resolución. El único límite es la capacidad física de la mujer a resistirlo”.
A lo que Sergio Fosela se refiere es a ese momento refractario en el que, tras un orgasmo, sentimos espasmos y el clítoris está tan sensible que necesita un tiempo para volver a ser tocado. Esto no sólo les ocurre a los hombres y por supuesto ese tiempo entre estimulación y estimulación varía dependiendo de cada persona.
Así se alcanza el orgasmo de cérvix
gual que hay momentos en nuestros ciclos en los que estamos más proclives a hacer algunas cosas, en el terreno sexual sucede lo mismo. Según se encuentre nuestro cuerpo y la fase en la que nos encontremos, nos apetecen unas prácticas más que otras. Y no sólo eso, sino que, teniendo en cuenta este factor, también estaremos más propensas a tener un tipo u otro de orgasmo.