Sexo 👀 y feminismo 💪

A veces os preguntaréis, ¿qué tiene que ver el feminismo con los encuentros eróticos? Y por qué me empeño tanto en mezclarlo y meter el feminismo en la cama. A veces me han dicho que el feminismo y las reivindicaciones deben quedarse fuera de la habitación, pero yo no estoy de acuerdo. Como mujer sexual que soy, en mi forma de comunicarme eróticamente entran mis convicciones feministas. Sin ellas no sería yo y sin mí misma no podría tener una vida sexual satisfactoria.

¿Un encuentro erótico es solo una forma de sentir placer o puede ser una vía de expresarnos políticamente ? Para mí el sexo, entendido como encuentro erótico, es una vía que utilizo para poner en práctica mis convicciones. Dicho así suena un poco utilitarista y parece que despojo al erotismo de toda su esencia y lo dejo en algo meramente usable, como una herramienta. Lo que quiero decir, es que en el disfrute que hago con mis erotismos, sola y en compañía, mi mente y mi cuerpo están impregnados de esas ideas.

🧐 ¿Te has cuestionado de dónde provienen tus fantasías?

Si nos paramos a pensar, las prácticas sexuales habituales tienen una connotación social muy relevante. Las posturas, los roles, el imaginario erótico… en un principio está masculinamente construido. Es la parte principal, el placer se produce y reproduce para la mirada masculina (hombres sociales) mientras que, por otra parte comienzan a surgir eróticas discursivas especialmente diseñadas para la mirada femenina (mujeres sociales). Es la otra cara de una misma moneda. Por un lado, la cara de la moneda masculinizada muestra ciertos adjetivos eróticos, mientras que por la otra adquiere unos tintes totalmente diferentes. Dice E. Illouz en El consumo de la utopía romántica que hoy en día el amor está feminizado. Los adjetivos que se refieren al amor suelen ser “agradables”, “íntimo”, “tranquilo”, “dulce” o “tierno”. Domina una imagen de romanticismo que nos mete a todxs en una esfera de sentimientos feminizados. ¿Por qué es el amor y los sentimientos lo que está feminizado y no la pornografía, por ejemplo? Porque cuando hablamos de sexo y lo relacionamos con mujeres, ese sexo cambia totalmente. Se vuelve a la idea, socialmente implementada, de que que a las mujeres no nos gusta el sexo, nos gusta el amor. El amor entendido como la parte más tierna y sentimental de los encuentros eróticos, como si a nosotras no nos gustara su parte más física.

De aquí heredamos un imaginario erótico diferenciado por géneros. Lo que les gusta a unxs, no le puede/debe gustar a otrxs. Dentro de este imaginario erótico se estereotipa el ideal de belleza, el ideal de qué es sexy, atrayente, sensual y qué no lo es. Un cuerpo que cumple con determinadas formas será atractivo, mientras que si hay algo en él que lo diferencia de los otros, perderá un punto en la escala normativa de soy un/una tía/o buena/o. Y diréis, ya bueno y qué hay de feminismo en todo. Precisamente lo que leéis, nada. No hay una mirada crítica hacia nuestro comportamiento erótico en la sociedad si no lo atravesamos con el feminismo. Una vez que cambiamos la mirada y miramos cómo nos relacionamos con nuestro entorno vemos cómo chirrían los discursos. Cómo nuestro comportamiento hasta ese momento no ha salido de verdad desde dentro de cada unx de nosotrxs. Es necesaria una deconstrucción del imaginario erótico, un análisis de qué es lo que nos excita, lo que nos pone y por qué lo hace. Y lo que me parece más importante, la clave está en reconstruir esos imaginarios y esas maneras de comunicarnos eróticamente atendiendo a nuestros deseos. Cada personas es sexualmente diferente y diversa y por eso no podemos aceptar una heterogeneización sexual si somos diferentes, deseamos diferente y follamos de maneras diferentes.

El sexo como arma política

En el artículo que he publicado este mes en El Sextante decía que masturbarse es, para mí, un acto político. Meterse la mano entre las bragas y reconocerse como mujer deseante y defender la diversidad de deseos de las mujeres es la mejor arma política sexualmente hablando. La sexualidad de las mujeres se relega en muchos casos a la atracción de una pareja y a la reproducción, es por eso que una vez que una mujer se encuentra en una estabilidad sexual y sentimental, su deseo se va desvaneciendo y se centra en el placer por y para la pareja. La individualidad, de la que tanto hablamos en el sistema social actual, desaparece cuando la cama se comparte diariamente. Que todos disfruten, pero ¿qué hay de una misma? Cuando aparece una pareja a la que complacer y una vida en la que el tiempo es el bien más escaso, el auto placer es la última necesidad.

De ahí que reivindiquemos el auto-placer como arma. Tocarnos, masturbarnos y sentirnos es un camino hacia el auto-conocimiento. Este autoconocimiento nos hace ser conscientes de qué es lo que nos gusta y qué no. Cuando nos empoderamos en nuestra intimidad, lo hacemos a la vez ante lxs demás. Tengo claro lo que quiero y deseo, puedo demostrárselo al mundo. Y al mismo tiempo somos conscientes de cómo somos realmente. Puedo no entrar en los cánones, pero eso no quiere decir que sea menos atractiva. Soy diferente y en esa diferencia es donde debemos encontrar nuestras esencias.

👄 Mis encuentros eróticos y mis deseos ¿son feministas?

¿Qué pasa cuando nos encontramos con que algo que nos gusta no entra dentro de “lo bien visto” por el feminismo? Esta es una discusión que he tenido varias veces. Me quedé atónita cuando me contaron que hay gente que no admite que a otras, feministas, les gustaran los roles de sumisión donde ellas eran las sumisas o juegos donde hay violencia de por medio. Y es aquí donde surge el “que el feminismo se quede fuera y que cada unx disfrute como quiera”. A mi me puede gustar ser sumisa, si soy consciente de qué juegos acepto, lo hago con mutuo consentimiento y es algo de lo que disfruto, ¿por qué no lo voy a hacer? Volviendo al tema del imaginario erótico, ¿qué pasa si mi fantasía más recurrente es que me ataquen? ¿como soy feminista no me puede gustar? Lo importante, para mí, es ser conscientes de las realidades. Podemos hacer una análisis individual y hacernos conscientes de por qué me atrae eso, pero si es algo que nos hace excitarnos y no hay mayor perjuicio, por qué no voy a permitirme excitarme con ello.

Con la pornografía sucede algo similar, yo siempre animo a buscar un porno más diverso en el que nos sintamos identificadas y se atiendan a todos los deseos, pero si a veces (o más) me apetece acudir a una película porno mainstream porque me gusta o porque en ese momento es lo que me apetece, ¿por qué privarnos? Los deseos son parte de nosotrxs y debemos disfrutar de ellos sin restricciones, para mí el feminismo está dentro de mi mundo erótico y mi mundo erótico intento construirlo con mis principios feministas presentes, pero ese mismo feminismo en el que yo creo no me coarta ninguno de mis deseos.

Hace poco dije que follarnos es un acto revolucionario y de verdad lo creo. Desde nuestros deseos y sexualidades podemos cambiar el mundo.

 

Taller Porno Feminista en Somos Peculiares

¡Así se empieza la semana! Os comparto la información sobre el Taller de Porno Feminista que haré el próximo 2 de Marzo en el espacio de Somos Peculiares.

¿Cómo te sientes cuando ves porno? ¿No encuentras una película que te guste y te represente sexualmente? ¿Crees que lo que ves en la pantallas es solo ficción y no te atreves a ponerlo en práctica? Con el taller de Porno feminista te proponemos descubrir que el porno es mucho más que una película de sexo explícito.

El porno es atravesar la pantalla y sentirnos dentro de una trama en el que el sexo es el protagonista. Pero, ¿qué pasa cuando ese encuentro erótico que estamos viendo no representa nuestros deseos y sexualidades? Hemos llegado a este punto y por eso en este taller queremos mostrar una nueva forma de ver porno, descubrir otro tipo de cine para adultos que represente nuestras sexualidades y, además, aprender que también podemos ser los sujetos de un vídeo pornográfico.

Por ello, desde Somos Peculiares y Ars Eroticas os proponemos a través de María Torre, quien dirigirá el taller, saltar la barrera de la ficción y que nos creamos protagonistas de nuestras propias historias. Además de ser una manera de erotización, vernos a través de la cámara nos hace cambiar la mirada sobre nosotras mismas y sobre nuestro cuerpos. Reflejar nuestras sexualidades nos ayuda a valorarlas y crecer con ellas. Empoderarnos a través de nuestras sexualidades, de eso se trata.

El taller, que será el viernes 2 de marzo en la redacción de Somos Peculiares y durará dos horas aproximadamente, consta de dos partes: una teórica y una práctica. En la parte teórica hablaremos de por qué existe este movimiento, quiénes están detrás de él y dónde podemos encontrarloVeremos muchos vídeos, partes de documentales y hablaremos largo y tendido. ¡Nos vamos a escuchar! Vamos a contar cómo nos sentimos cuando vemos porno, dónde accedemos a él, para qué nos sirve… y debatiremos sobre las películas que os proponemos.

En la parte práctica, y tras ver todo lo anterior, pondremos a trabajar la imaginación. Haremos un pequeño guión de una película en la que reflejaremos lo que nos apetezca. Aquí hay libertad total para crear y sacar de nuestro imaginario erótico las mejores propuestas.

Como colofón, os podréis llevar todo impreso para que podáis seguir investigando en casa y compartirlo con quien os apetezca. También se sorteará una lámina. El taller incluye una consumición (refresco, cerveza o kalimotxo).

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Los juguetes sexuales no son para lesbianas

¿Quién diseña los juguetes sexuales?

¿Te lo has preguntado alguna vez? Nosotras sí. Cada vez que queremos comprar algo nuevo para compartir con una pareja sexual. Cada vez que buscamos un juguete o que sacamos del cajón el que ya tenemos, nos hacemos esta pregunta. ¿Quién ha pensado que este juguete, que me vendieron como ideal para parejas lésbicas, es realmente útil y satisfactorio?

Siendo sinceras, los juguetes sexuales en su mayoría están pensados para el público femenino. Mujeres heterosexuales, bajo una mirada masculina o mujeres que satisfacen el deseo en solitario. Desde hace unos años, no demasiados, la juguetería erótica están creando cada vez más sextoys para hombres y para parejas. Parejas. Sí. ¿Qué parejas? Parece que la revolución está en los juguetes que sirven a la vez para los hombres y las mujeres que tienen encuentros eróticos juntos. Pero, ¿qué hay para las parejas homosexuales? Las empresas de juguetes han creado un nicho especial para los gays a los que les ofrecen juguetes específicos para ellos y así los venden. Es un mercado que funciona, que vende y que tiene unos productos que se diseñan en exclusiva para ellos. Vale, estos también pueden utilizarlos hombres no gays e incluso introducirlos en una relación sexual no exclusivamente gay, pero eso ya es otra historia. Y se acabó.

Para las parejas lésbicas se recomiendan los juguetes diseñados para mujeres, los creados para la doble penetración y generalmente los arneses o strapon. ¿Por qué? Porque no hay unos productos exclusivos, pensados y diseñados para las parejas de mujeres. En primer lugar se supone que todas deseamos la penetración. La penetración con un juguete de forma fálica, y si no, atrévete a encontrar algo que no lo sea. Se nos ofrecen dobles dildos para satisfacer esta supuesta necesidad sexual. Arneses para cubrir la inculcada fantasía de que nos gusta sentir el poder de embestir y juguetes polivalentes, es decir, que sirven para penetraciones anales, vaginales, para todo tipo de parejas… y así ya está la necesidad cubierta. Como sirve para todxs, no hay que darle más vueltas. Pero el quid de la cuestión no es que sirvan o no, es que realmente cumplan la función que se les supone y que sean cómodos y satisfactorios para las lesbianas.

Dildo o cachiporra
Dildo o cachiporra. El dildo doble clásico al más puro estilo porno

¿Esto es solo cosa mía o nos pasa a todas?

Tengo un gran fondo de armario de juguetería erótica, lo admito. Mirando, revisando y tras las relaciones sexuales compartidas me di cuenta de que entre todo lo que tengo solo uno nos era satisfactorio para usar conjuntamente. Me lancé a preguntar si esto me ocurre a mí sola o también les sucede a otras parejas lésbicas y la respuesta fue abrumadora. Todas las mujeres que se han puesto en contacto conmigo coinciden en que se sienten realmente frustradas a la hora de encontrar un juguete que les guste y les sirva de verdad.

Andrea y su pareja querían lanzarse a probar nuevas experiencias, pero su deseo se quedó por el camino. «Hace poco quisimos experimentar con algún juguete y nos encontramos con que casi no hay dildos dobles, y los que hay suelen tener la mayoría forma de pene. Nos costó horrores encontrar uno que no tuviera un tamaño desmesurado y que tuviera forma hergonómica, y es realmente frustrante». «No es que tengamos fobia al pene, pero siempre es lo mismo, el falo como centro de todo el placer y en este caso de nuestros juguetes sexuales».

Marian y Claudia utilizan juguetes de vez en cuando como complemento a sus relaciones. «Los gustos van variando y vamos probando». «Lo que no nos gusta es la falta de realismo, no estético, sino más bien en la textura, la densidad o la ergonomía de los juguetes». «No nos atrae la idea de ponernos arneses, son aparatosos e incómodos por eso a veces usamos dildos dobles, pero cuando hay mucha excitación o el sexo es más duro, el dildo doble sin sujección se resbala constantemente y tienes que estar agarrádolo con una mano. Al final, te resta libertad para hacer otras cosas y no estás cómoda».

No son solo los juguetes lo que no está adaptado. Mónica y Lucía se iniciaron en la juguetería con unas fundas para dedos. «Queríamos algo diferente para probar. Compramos unas con relieves, pero no sabemos si es porque están pensadas para dedos masculinos, nos quedan grandes y se nos caen. Hemos probado a meter dos dedos en una para evitarlo, pero no caben. Por lo que para nosotras ya es algo descartado». «Los vibradores tampoco nos convencen. Queremos algo exclusivo para nosotras, algo que no simule un pene». Al igual que Marian y Claudia sostienen que el tacto de los vibradores no les agrada, «antes de comprar uno toqué muchísimos… pero nada, son las texturas, que no me atraen» confiesa Mónica.

Thais Duthie, la escritora y sexblogger, ha probado casi de todo. Cuando le pregunté si creía que existían juguetes para lesbianas me respondió que «existen, pero de aquella manera». «Seguro que sí los han diseñado pensando en dos mujeres teniendo sexo, pero lo han hecho en el más puro estado de desconocimiento».

Pasa como con las películas porno lésbicas mainstream. ¿Quién las hace? ¿para qué público y con qué objetivo? Ahí está la respuesta. Detrás de todo está el pensamiento heterosexual que, igual que en un rodaje, en el diseño de un juguete, lo que se hace es especular e intentar acertar qué es lo que va a gustar y no cubrir las necesidades reales. Heterosexuales pensando en un público lésbico. 

«Mi experiencia es que ningún juguete que yo haya probado ha sido diseñado exclusivamente para lesbianas, y si lo ha sido no es funcional, tienen fallos» añade Duthie. Me pone como ejemplo algunos de los juguetes que ha probado y que se supone están pensados en parejas lésbicas. Los famosos dobles dildos «El primero que probé fue New Wave de Fun Factory, es extraño que cada extremo sea diferente, uno es más grueso que otro. Las sensaciones son muy diferentes para una y para la otra y la parte central es demasiado blanda y no se sujeta demasiado bien, aunque es un buen intento».

Los arneses sin correas parecían ser la solución a todos nuestros problemas. Cómodos, te sientes libre y disfrutan las dos. Ya, será en teoría porque en la práctica mi experiencia es como la de Marian y Claudia, se resbala, los músculos pélvicos tiene que tener la fuerza de Thor para mantenerlo siempre en su sitio y además, no tienen el tamaño idóneo para satisfacer a las dos. Thais dice que de esos el único que le parecía que iba por buen camino es Sharevibe, de la misma marca que el anterior pero «a ver quién se atreve con eso… La que lleva la parte más gruesa tiene que tener una musculatura vaginal muy en forma para sostener el juguete sin que se caiga, y encima meter y sacar el extremo. Un poco lío. Yo hago ejercicios de kegel y no fui capaz de usar este juguete en condiciones. Como dije en una reseña: el extremo gordo es perfecto para usarlo como mango, y ya está».

Y ante todos éstos surgen los juguetes dobles súper revolucionarios. Valen para dobles penetraciones en una misma y en diferentes personas, por eso son válidos para parejas lésbicas. Una vez más, en la teoría. En la práctica, «yo no lo veo, sinceramente» dice Thais Duthie. «Me parece perfecto para masturbación en solitario: el extremo más grueso vaginal y el más pequeño anal. Si no, otra vez, la que lleva el grande le lleva mucha más ventaja a la otra»

Yo también tengo este juguete y lo uso en sexo compartido, la verdad que nunca en solitario. Está bien que cada una puede tener su extremo. Se lo introduce y con el mando vas cambiando el modo de vibración. Puedes moverte, tienes libertad en las manos y lo que te permita el cable de unión, pero le falta algo. No se siente el movimiento, a veces tienes que tener cuidado cómo te giras para no tirar demasiado y como dice Thais, que las dos vayan sintiendo lo mismo, lo cual es difícil cuando cada parte es diferente.

Nos quedan los arneses normales y corrientes a los que les colocas un dildo o vibrador. Para Thais el mejor es el de BS Atelier, yo no lo he probado, pero cuando alguna vez se me ha ocurrido hacer algún invento… está bien en el momento, pero deja dolor en la zona por las embestidas y esto ocurre también con los que venden en los sexshop. Generalmente están pensados para un juego fetichista y no particularmente para el disfrute de dos mujeres.

Las lesbianas en los sexshops

¿Dónde está la zona lésbica? Como las lesbianas somos mujeres, solo hasta que leas a Monique Wittig, nuestros juguetes son todos los pensados y diseñados para mujeres. Cuando buscas un dildo doble, un arnés o un juego que sirva para dos mujeres tienes que dirigirte hacia la parte de fetichismos. No hay una sección clara para nosotras.

Para los gays la hay, suele haber un rinconcito para sus juguetes sexuales, anales principalmente. Para los nuevos juguetes para parejas se ha creado ese espacio. Pero para encontrar algo que nos valga hay que preguntar a la o el dependiente para que nos oriente de entre todo lo que hay, qué podemos aplicar a nuestras relaciones.

Pero esto no ocurre solo con la juguetería erótica. También sucede con los juegos y lencería. Mónica cuenta que ha ido a varias tiendas de productos sexuales y eróticos en busca de un juego de cartas erótico, «he ido a muchos y en todos me dicen lo mismo, que no hay para mujeres. La solución que me dan es que compre unas para heteros y que lo hagamos con un vibrador. Pero no es lo mismo, no es para nosotras». «Me sorprende mucho que no me ha pasado solo en uno, sino que soy incapaz de encontrar una tienda que las tenga y la respuesta que me dan siempre es la misma».

En cuanto a la lencería sucede lo mismo. ¿Os habéis fijado que siempre es del mismo estilo? Soy una fanática de la ropa interior y afortunadamente puedo encontrar lo que me gusta en tiendas no especializadas, pero si te gusta algo diferente, siendo mujer, ni siquiera en las love store lo ofrecen. La línea siempre es la misma. ¿y el público? también. Y para encontrar algo alejado de esa línea femenina estándar tienes que ir a los productos «fetichistas» de nuevo.

Hasta el packing y marketing de los productos es poco inclusivo. Ahora los juguetes se presentan de una forma más elegante y ya no hay fotos explícitas, por lo general, en las cajas, pero la forma de venderlos y anunciarlos sigue siendo normativa y heterosexual. Y si buscas un producto de gama media a precio asequible entonces sí que olvídate. «A ver de dónde sacan nuestras lectoras el presupuesto. Los arneses que acostumbro a ver en tiendas que son más baratos son muy malos de calidad y apenas sujetan» apunta Thais Duthie.

El tema de la erótica ya sea a través de revistas, películas, cómics, libros… es otro gran tema a tratar. Los que representan sexo lésbico no lo hacen pensando en un público lésbico, sino como algo morboso y que nos puede poner a todos. Los productos creados exclusivamente para las lesbianas son muy escasos y difíciles de encontrar.

Como anécdota, en mi última visita a Berkana, en Madrid, estaba encantada con todo lo que vi, pero me decepcionó ver que la parte final de la tienda estaba llena de productos eróticos audiovisuales para público gay (solo hombres) y no había lo mismo para lesbianas. Para encontrar un cómic erótico lésbico he tenido que hacer una gran investigación por Internet y ver dónde podía conseguirlo, porque no es algo «corriente».

Cuando creas un producto lo diseñas pensando en el público al que te quieres dirigir. Entonces lo único que me queda preguntar es: ¿nadie quiere crear productos para lesbianas?

¿Por qué?

 

 

Los felices años 20 del erotismo en Barcelona

¿Qué es el erotismo?

Si preguntáramos qué es el erotismo cada unx de nosotrx daríamos una respuesta. La herencia cultural, la sociedad en la que vivimos y otros factores nos hacen tener una idea sobre lo erótico, los deseos y placeres. Al margen de todo esto y con una gran habilidad para conjugar las diferentes nociones de erotismo El Museo Erótico de Barcelona ha conseguido superar la mayoría de edad con un objetivo cumplido, acercar el erotismo a la sociedad de manera educativa, divertida y rompiendo tabúes. En el último Sex Blogger Meeting nos dieron la noticia de que el Museo cumple 20 años y tienen muchas cosas pensadas para sorprendernos y para mejorar, todavía más, sus salas y espacios y que la visita sea inolvidable.

Durante la primera jornada del encuentro me sorprendió mucho cómo el Museo Erótico de Barcelona muestra el erotismo desde muy diferentes perspectivas, desde obras de arte de Picasso y Dalí, pasando por estrellas de cine que fueron iconos eróticos hasta las salas especializadas en el erotismo de otras culturas y cómo nuestros antepasados disfrutaban del sexo. ¿Sabías que el erotismo tiene olores? pues si te das un paseo por el Museo, lo descubrirás. ¿Sabías que hay máquinas simuladoras de penetración? sí, y se usaban… esto si no lo ves no puedes hacerte a la idea de cómo son, yo al menos no lo imaginaba y al verlas me quedé boquiabierta.

Ahora no nos llama tanto la atención que exista un museo entero dedicado al erotismo, pero hace 20 años, tal vez sí que sorprendió un poco que un local en medio de las Ramblas de Barcelona abriera sus puertas y ventanas, sacara una Marylin Monroe al balcón a dejar volar su vestido e invitarnos a adentrarnos en la historia del erotismo.

He hablado con el Museo y les he hecho recordar cómo fueron esos primeros años e imaginar cómo serán los próximos.

  • ¿Qué les llevó a abrir este espacio?

El creador del Museo Erótico de Barcelona era un coleccionista de arte erótico que trabajaba en el sector y que tenía muchos contactos y gracias a esto recibía cuantiosas donaciones de personas importantes del mundo erótico como por ejemplo una colección entera de látigos que Domina Zara le regaló.

Tras una gran trayectoria profesional unida a su red de contactos e intereses por mostrar el erotismo, decidió abrir una galería que acabó convirtiéndose en un museo.

  •  ¿Por qué es un museo dedicado al erotismo y no a la sexualidad en general?

El erotismo es el punto intermedio entre lo sensual, lo educativo y lo erótico. Hemos apostado por este término por la fina interpretación que hace la gente de él. Por ejemplo, para nosotros el erotismo es una mujer desnuda, pero tal vez para un francés el erotismo es la época victoriana, porque el erotismo significa algo diferente para cada cultura y por eso nos centramos en el erotismo, porque es un aspecto diferente y que es interpretable de muy variadas maneras para cada persona y así nos permite jugar con el pasado y el presente. El sexo y la sexualidad es más explícita y no se adapta a lo que nosotros queremos transmitir.

  • ¿Cuál es la idea de erotismo que quieren transmitir desde el Museo?

Historia, sexualidad y apostar por su parte más divertida es lo que queremos mostrar, porque las vidas privadas también pueden ser divertidas.

El erotismo tiene una gran trayectoria histórica por la que se puede navegar y descubrir datos muy curiosos. No se puede etiquetar y convertirlo en tabú porque ha existido desde siempre y forma parte de nuestros imaginarios. Por otro lado, recurrimos al erotismo como punto de atracción porque se ve como algo más fino, elegante y sutil, y esa es la idea que nosotros queremos transmitir.

  • ¿Por qué en Barcelona y no otra ciudad española?

Barcelona tiene una historia muy bonita en relación al erotismo, era una ciudad de tránsito como Pompeya. Gracias a su apertura al mar facilitó la entrada a diferentes culturas y también desarrolló el mercado de la prostitución. Se convirtió en una de las ciudades principales donde se ofrecían estos servicios a los que acudían marineros y gente de paso. Por todo su pasado, por su cultura abierta y porque aquí el erotismo está muy arraigado a causa de toda esta historia que forma parte de sus calles, el director del museo creyó que era el lugar perfecto para nuestro Museo Erótico.

  • ¿Cómo fueron los primeros años del museo?

El museo ha sido muy bien acogido desde el principio, sobre todo por parte del público profesional. Después hubo una temporada en el que la gente lo conocía, lo visitaba y así, alrededor de los diez primeros años, se fue dando a conocer pero sin muchos sobre saltos, aunque siempre ofreciendo muchas actividades. Pero desde hace un tiempo estamos aumentando el número de visitantes cada mes rompiendo el record anterior. Cada mes el número de personas que pasan por el museo se dispara y sigue subiendo. Los últimos seis años han sido en continuo crecimiento.

  • ¿Cuál era el objetivo del Museo? ¿Se han cumplido las expectativas?

Ahora mismo nuestra meta es hacer que el museo se convierta en una cadena. Estamos trabajando en ello y esto nos está llevando mucho tiempo y trabajo, queremos que se convierta en una referencia y mostrar a todo el mundo la bonita historia del erotismo. Otro de los objetivos que tenemos es sobrepasar los cien mil visitantes anuales y este año ya lo hemos alcanzado. Desde que se creó nos propusimos varios retos que poco a poco y gracias al enorme esfuerzo que hacemos ya los estamos cumpliendo. Pero esto no nos hace pararnos, porque estamos intentando mejorar continuamente y ya tenemos en mente nuevas experiencias que ofrecerles a todas las personas que visiten el museo, ahora el reto es unir el erotismo con las nuevas tecnologías y que los y las visitantes se vayan con una experiencia indescriptible.

  • 20 años  de actividad es mucha experiencia ¿qué momento destacáis de todos estos años?

Es difícil y nos centraríamos en tres puntos, uno, que nos marcó mucho fue la organización del primer Sex Blogger Meeting, otro la colaboración con el Museo erótico de Amsterdam del que ahora somos socios oficiales y tenemos muchas sinergias conjuntas y por último, las grandes inversiones que hemos hecho en los últimos cinco años, como las obras de arte de Picasso, que son auténticas y las fucking machine.

  • ¿Hay alguna sala o espacio expositivo que llame más la atención o sea el favorito del público?

No hay solo una, podemos decir que la que más les atrae y les sorprende son tres, la de las fucking machine, la sala de los récord sexuales y la sala de las películas del rey Alfonso XIII. Quieren comprarlas y llevárselas a casa, es impresionante la expectación que crea.

  • ¿Creéis que abrir espacios como el vuestro ayuda a naturalizar el sexo y hacer que los tabúes vayan desapareciendo?

Sí, por supuesto. Hemos trabajado mucho para suavizar la línea entre divertido, explícito y educativo para que sea agradable a todo el mundo pero que también les aporte nuevos conocimientos y curiosidades. Cuando la gente sale del museo nos agradece que les mostremos algo que para ellos era tabú de una manera tan natural y divertida. Esto lo hacemos combinando las salas para que la visita vaya cambiando de grados, las impresiones varíen, las imágenes se combinan para que la atención nunca decaiga y al final resulte un paseo por el erotismo a través de las culturas y la historia que aporte a los visitantes una experiencia enriquecedora de manera amena y satisfactoria y salgan con un buen sabor de boca.

  • En vuestra opinión y tras tantos años de experiencia ¿ha cambiado la sociedad con respecto al erotismo y la sexualidad?

La verdad que no mucho. La gente se atreve a experimentar mucho más eso sí, pero no a hablar sobre el tema, sigue siendo un tabú. Tienen mucho miedo de las etiquetas que pone la sociedad a la sexualidad y al erotismo. Aún son reacios a ser sinceros con sus deseos y a mostrar cómo viven su vida íntima por ese juicio que hace la sociedad.

  •  ¿Cuál es la pieza estrella del museo?

¡Qué complicado! Las películas del Rey Alfonso XIII son una de las piezas claves. Es exclusiva y siempre atrae muchísimo. Crea mucha curiosidad y es uno de los puntos más atractivos del museo.

  •  ¿Tenéis algo preparado para celebrar esta fecha tan especial?

Queremos compartirlo con todo el mundo que nos visite y por eso hemos decidido no acotarlo a una fecha sino hacer celebraciones a lo largo de todo el año. Una vez que lo lancemos, habrá muchísimas sorpresas, visitas exclusivas para las personas que se acerquen al museo… Queremos hacer tanto  y compartirlo con todas las personas que pasan por nuestro espacio que no podemos desvelar nada, así que habrá que estar atentos a todas nuestras redes sociales y web para que nadie se pierda nada.

Ahora tengo ganas de volver a visitar el Museo Erótico de Barcelona porque siempre hay algo nuevo que descubrir, os dejo alguna imágenes para que os hagáis a la idea de qué os espera cuando os acerquéis a visitarlo.

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Encuentro con… Flamma | «Debemos ampliar esas sensaciones que tanto te hacen disfrutar»

Flamma. Es la nueva palabra que tienes que añadir a tu buscador. Flamma es un lugar donde encontrar ideas, placer y  sorpresas que harán que nuestras vidas sexuales se vuelvan más divertidas. No es solo una tienda online de juguetería erótica. Su propósito es convertirse en tu lugar de confianza donde puedes acudir siempre que quieras, no solo para comprar algo nuevo, sino para disfrutar del placer de muy diferentes maneras. Es el rincón donde podrás descubrir que tu sexualidad tiene muchas caras. En Flamma se han propuesto tratar la sexualidad y el sexo de una manera natural y sin rodeos. «Debemos ampliar esas sensaciones que tanto te hacen disfrutar. Para ello hemos explorado muchas soluciones y hemos logrado algo increíble», afirman desde su web.

Nos esperan muchas sorpresas y artículos que no hay en otras shops online de este tipo, como las Secret Boxes. Aún tendremos que esperar un poco para descubrirlas, pero algo me dice que valdrá la pena… Como no me podía quedar con las ganas de ver qué hay detrás de todo esto, he hablado con Fernando, uno de los creadores de Flamma, y ésto es lo que me ha contado. ¿Quieres saber cómo, por qué y qué nos ofrece Flamma? Pues aquí lo tienes.

Flamma Secret Boxes

 

¿Quién está detrás de Flamma?

Detrás de Flamma estamos Carmen y Fernando, dos almerienses que un día decidimos dar un giro y a nuestras vidas y hacer lo que nos gusta. Con estudios de arte, diseño, arquitectura y pasión por el erotismo y la sexualidad, quisimos vincular ambos conceptos y crear Flamma.

¿Cómo surgió este proyecto?

Surgió de la forma más inesperada. Un día, desayunando en una terraza a pie de playa (un lugar fantástico para hacer volar la imaginación)  comenzamos a hablar sobre ideas que nos rondaban la cabeza desde hacía tiempo. Quizás fuera el café o las maravillosas vistas, pero ese día continuamos hablando y las ideas se materializaron en proyectos.

Nuestra primera intención fue lanzar la Secret Box (todavía en proceso). Sin embargo, tras estudiar las necesidades de un público exigente, nos dimos cuenta que hacía falta mucho más. La experiencia debía ser completa, no solo disfrutar de un producto interesante. También hay que informar y atender de la forma más interactiva posible. Dar vida a un lugar donde todos participemos, donde podamos expresarnos con naturalidad.

¿Qué queréis ofrecer al mundo de la juguetería erótica?

Para nosotros lo fundamental es desarrollar un espacio atractivo, con un diseño alegre y divertido, donde el usuario se sienta invitado a expresar su sexualidad de forma cómoda y respetuosa.

Además, queremos fomentar nuevas experiencias como las Secret Boxes. Formas de despertar emoción y generar nuevas sensaciones.

A veces, como usuarios, nos hemos sentido apáticos ante un mercado carente ideas. Si bien es cierto que las opciones para disfrutar nuestra sexualidad son variadas, casi nunca tenemos tiempo para cogernos un fin de semana romántico o desplazarnos para ver un espectáculo erótico de interés.

Por eso queríamos dar vida a opciones con las que disfrutar cómodamente desde el hogar. Y que a su vez aportasen novedades a todos aquellos usuarios que quieran disfrutar del sexo pero se vean limitados por una vida cargada de responsabilidades.

¿Creéis que los juguetes están cambiando la forma de disfrutar del sexo?

Hace unos años la sexualidad era un tema tabú. Algo de lo que se hablaba con pudor y cierta vergüenza. Donde la información era escasa y, en muchos casos, sesgada.

Hoy, gracias a muchísima gente que se esfuerza por fomentar el diálogo, personas que entienden el sexo como una práctica saludable, estos tabús se están rompiendo.
Los juguetes son tan solo una consecuencia de este cambio. Una forma más para expresar nuestra sexualidad y disfrutar de nuestras relaciones. Una herramienta que nos ayuda a descubrirnos a nosotros mismos, mientras gozamos del placer que nos ofrecen.

 

Ahora solo nos queda pasarnos por su página y dejarnos influir por su positivismo y también por las buenas ideas que nos dan en su blog.