El 25 de noviembre es el día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. A lo largo de la jornada y en los días anteriores y posteriores los medios de comunicación y la sociedad en general se vuelcan por erradicar esta lacra que nos ha dejado 48 asesinadas en lo que llevamos de año, según los datos del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Pero detrás de estos datos hay mucho más. Hay vidas, hay historias que no salen en los medios. Hay víctimas que no aparecen en las estadísticas. Las desigualdades son una constante cotidiana en la vida de las mujeres. Pero, ¿qué pasa si a este problema se le suman otros como tener una discapacidad? La doble discriminación que sufren las mujeres con discapacidad suele quedar relegada a un segundo plano. Por ello, desde Unesco Etxea hemos querido conocer la realidad de este colectivo y mostrar las barreras a las que se tienen que enfrentar cuando una mujer con discapacidad sufre violencia de género.
MªCarmen Azkona, representante de la Comisión de Mujer por la Igualdad de la asociación Fekoor (Federación Coordinadora de Personas con Discapacidad Física y/o Orgánica de Bizkaia) y vicepresidenta de ADISA (Asociación de Discapacitados/as de Santurtzi) nos cuenta cómo trabajan para derribar esta doble discriminación y que las mujeres sean atendidas como se merecen.
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Hay que insistir en que se denuncie, sin dudas, también hay que hacer que los propios familiares dejen de ocultar lo que saben. Muchas veces es la misma familia de la víctima la que la convence de callar «para evitar el escándalo y las habladurías». Ellos también son cómplices.
Un abrazo.
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Gracias por comentar. Exacto, no querer ver esas situaciones o pensar que no tienen nada que ver con nosotras y nosotros solo agravan el problema.
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bon article..
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Gracias!
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